La colombiana Diana Gutiérrez materializa con Sevilla Emprendedora su sueño de crear un negocio de repostería artesanal

Convicción. Perseverancia. Creatividad. Capacidad de adaptación. Aprender de quienes saben más. Sacar provecho de experiencias muy diversas. Aplicar tu vocación al servicio de los gustos de la potencial clientela. Estos son los principales ingredientes de la receta de Diana Gutiérrez para alimentar su sueño de dedicarse a una iniciativa creada por ella.: La Mona Pastelería.

Diana Gutiérrez lo ha conseguido con su firme voluntad de hacerlo realidad, y con el apoyo del equipo de formación y consultoría de Sevilla Emprendedora. El resultado es La Mona Pastelería, con repostería 100% artesanal. Es colombiana, nació hace 35 años en Bogotá, la capital de su país. Graduada en marketing y publicidad, al comienzo de su trayectoria profesional trabajó en funciones de marketing, de ventas, de comercial, para empresas como la multinacional Huawei, en la que estuvo siete años. “Fui avanzando en mi itinerario laboral, aprendiendo de muchas experiencias, y teniendo siempre en mente que yo quería emprender. Es algo que tenía claro desde muy joven. Quería dedicarme a un proyecto creado por mí. Cuando ya sentí que era el momento, di el paso”.

Se considera “una persona que me gusta planificar, investigar, sistematizar. Quería irme a vivir a otro país, y estuve indagando sobre ciudades de diversos países para saber en cada caso cómo era la gente, la calidad de vida, la situación económica. Y Sevilla me llamó mucho la atención por sus cualidades”.
Reside en Sevilla desde hace cuatro años, y en su fuero interno llevaba el bagaje de sus vivencias y su pasión por la repostería. “Siempre me ha gustado mucho. Empecé haciendo tartas para los cumpleaños de mis familiares. Pronto comenzaron a pedírmelas mis amigos. Cada vez tenía más peticiones, y en 2019 empecé a dedicarle más interés, a aprender con más formalidad. Hacía las tartas en mi piso, a la vez que seguía dedicada a tiempo completo a mi empleo en Huawei. Y me llegaban tantos comentarios positivos que me reafirmaron en ser consciente de que tenía talento para hacer dulces”.
A su llegada a la capital andaluza, se matriculó en la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, para perfeccionar su formación con las manos en la masa. Compró un horno semiprofesional, batidoras y otros utensilios, y comenzó desde su piso a elaborar tartas y testar en Sevilla si podía conseguir vender tartas por encargo.

El apoyo de Sevilla Emprendedora


“Cuando terminé mi periodo formativo en la Escuela Superior de Hostelería, yo quería más para seguir avanzando. Y descubrí Sevilla Emprendedora, y lo que podía aportarme para crear mi empresa. Yo tenia maduro en mi cabeza el proyecto, ya tenía pensada hasta la decoración de la pastelería. Pero ponerla en marcha en un país donde son distintas las leyes y las costumbres, y resolver toda la tramitación burocrática, era un reto en el que me ha ayudado mucho Sevilla
Emprendedora”.
Reconoce Diana Gutiérrez que “aunque en mis trabajos anteriores he gestionado muchos temas relacionados con presupuestos, ingresos y gastos, yo necesitaba orientación sobre plan económico y financiero, sobre control de costes. Me apunté a varios de los cursos gratuitos de Sevilla Emprendedora sobre estas materias, me ayudaron mucho”.

Decidió contactar con el equipo de coordinación de Sevilla Emprendedora y, tras conocer su trayectoria y su proyecto, se le marcó un itinerario de formación y se le asignó a Salvador Guerrero como mentor. “Salvador me ha ayudado muchísimo, con sus conocimientos, con sus experiencias, con sus consejos, con sus contactos. Me fue guiando, y además remitiendo a especialistas del equipo de consultoría de Sevilla Emprendedora para facetas específicas en las que necesitaba capacitarme”.

Una de las creativas tartas artesanales que Diana Gutiérrez hace por encargo, desde su establecimiento La Mona Pastelería.


Aprender y aplicarlo


Valora muy positivamente la labor que han hecho con ella Andrés Trejo para estructurar su plan económico y sus vías de financiación; Carmen González para gestionar la consecución de subvenciones y ayudas; y Sergio Aroca y Sara Aguilar para plantear el marketing digital y su imagen de marca. “Han sido realizaciones muy importantes. Mediante sucesivas sesiones de una hora o de dos horas, muy bien planteadas, en las que se avanza para encauzar el proyecto y para hacerle seguimiento”.
Todo ello le hizo reflexionar y mirarse en el espejo de su espíritu emprendedor. “Recibir muchas indicaciones también contribuye a cuestionarme conceptos, y hacerlo desde un planteamiento positivo. Aplicar bien tanta formación e información recibida, que no se quede por el camino sin aprovechar. Estar atenta a cuidar detalles, como por ejemplo el control de costes”.
La Mona Pastelería, que abrió sus puertas el pasado mes de septiembre, está en el número 10 de la calle Venecia. “El emplazamiento me gusta mucho. Resido cerca, y cuando vi vacío el local, lo tuve claro, lo alquilé. Es visible desde lejos, hace esquina, tiene al lado una frutería y una carnicería, en la acera de enfrente está la puerta del Colegio San Juan Bosco. Tiene 50 metros cuadrados, en una ubicación interesante para un negocio de este tipo”.

Los carteles que distribuyó Diana Gutiérrez para dar a conocer la apertura de La Mona Pastelería, como parte de su estrategia de marketing.

Pensar la marca y el logotipo


El nombre se le ocurrió “porque en Colombia a la gente que es rubia se le suele llamar ‘mona’. A mí desde niña me decían ‘mona’. En España hay que derivarlo al concepto de ‘linda’ y jugar en la comunicación con la idea de que la pastelería más mona ha llegado a Sevilla. Por eso el logotipo incluye un corazón, para reforzar que todo está hecho con amor y cariño”.
Ofrece repostería artesanal, con un estilo de pastelería boutique. Es un nivel intermedio para el consumidor, ni es elitista ni es simple. Tartas o porciones de tartas de chocolate, zanahoria, queso,… Postres más pequeños e individuales como profiteroles, milhojas, rollos de canela, cuñas,… Y bollería, como cruasanes rellenos de pistacho, de chocolate, de fruta de temporada; o napolitanas de chocolate, para satisfacer los gustos infantiles y adultos. Por supuesto, en La Mona Pastelería mantiene como uno de sus valores diferenciales la realización de tartas por encargo, también se pueden solicitar a través de Instagram
y de WhatsApp.
Diana Gutiérrez ha invertido 25.000 euros, incluyendo la compra de vitrinas, congeladores, neveras, entre otros equipamientos, para así disponer de un negocio con todo lo necesario para producir sus productos artesanales y, a la vez, con una estética atractiva para la clientela.
La gestión eficiente del tiempo es para ella crucial, con el fin de organizar en qué momentos del día se dedica a elaborar su repostería, para acto seguido estar atendiendo al público en los horarios de apertura del establecimiento, y después dedicarse al control económico, al marketing y a gestiones varias. Su ilusión puede con todo. “Además, mis orígenes están enraizados en mujeres como mi abuela y mi madre, mujeres luchadoras y capaces de sacar adelante a la familia”.

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